Como superar la muerte de un ser amado

ARMANDO JAVIER CABALLERO ALVARADO
3 min readMar 14, 2023

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1 Tesalonicenses 4:13–14

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

¿Dolor? ¿Tristeza? ¿Armargura? ¿Decepción? ¿Rencor?, etc., son estados de ánimo natural del ser humano.

El problema es cuando nos dejamos dominar por ellos, al no entender que Dios es nuestro creador y es el que tiene una fecha y hora de nuestro nacimiento y muerte en esta tierra.

Como dijo el sabio Salomón, “… todo tiene su tiempo, tiempo para nacer y tiempo de morir..”.

Hace como 33 años atrás que falleció mi madre producto de un cáncer al estómago. Cuando ella dejó de existir mi mundo se vino abajo. Durante mis 21 años de vida había pasado mucho tiempo con ella, caminaba a todo lado de su mano, íbamos juntos a la iglesia, al mercado, en la cocina, a visitar a familiares y en general era muy consentido con ella.

Cuando recibí la noticia de su deterioro de su salud, estaba cursando apenas el quinto ciclo de mi carrera y estaba en pleno exámenes finales. Terminé los exámenes y viaje al lugar donde vivían mis padres, pero ella ya estaba internada en el hospital. Mientras ella estaba internada, tuve que hacer artificios para ingresar a verla, y ya estando a su lado, me recostaba a sus pies sin decir nada. Me miraba tan profundamente que interpretaba en sus ojos su tristeza. El último día que la vi, salimos a sentarnos a un pequeño jardín fuera de su habitación y me dijo “cuida a mi chinita”.

De ahí en adelante solo recibía noticias, porque me tocó quedarme con mis hermanas menores en casa, mi padre traía sábanas manchadas de sangre y me tocaba lavarlas para que la vuelva a llevar, mis lágrimas caían al tener que hacer esto. Finalmente llegó el 1 de septiembre, fecha que nunca olvidaré, porque era el día de mi cumpleaños, me levanté muy de temprano con intención de ir a visitar a mi madre al hospital, pero a eso de las 7am tocaron a la puerta y me dieron la noticia de su fallecimiento.

Después de sepultar su cuerpo, mi corazón se llenó de resentimiento con Dios, dije palabras maldiciéndolo y me aparte de Él por algunos años.

Durante esos años, Dios me procesó con tanto dolor y sufrimiento, que solo me quedó regresar a Él. Con el paso de los años entendí que yo no era nadie para renegar ni reclamar a Dios nada, menos pelear con Él, porque al final Dios siempre cumple su propósito.

En aquellos años no entendía que el lugar mas hermoso es estar en la presencia de Dios, donde no existe mas sufrimiento ni dolor ni enfermedad, todo es amor y gozo. Esa es la esperanza de todo cristiano, entender que así como Cristo murió y resucitó, asimismo nosotros resucitaremos aquél día final como él, seremos transformados y nuestro cuerpo será de gloria, donde ya el pecado y nuestra carne corrompida no tendrá mas poder sobre nosotros.

Ahora solo recuerdo con mucho amor a mi madre, pedí perdón a Dios y decidí volver a servirle con mas fuerza, hasta ahora.

¿Estás atravesando por la muerte de un ser amado? ¿sientes que Dios fue injusto? ¿tu corazón a renegado de Dios? ¿sientes amargura?, no lo sé, pero Dios lo sabe. No luches contra Dios, solo te harás daño tu mismo. Lo mejor que puedes hacer es humillarte y pedir perdón a Dios, y dejar que Él cumpla su plan para tu vida. Solo en Cristo hay esperanza de vida eterna.

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ARMANDO JAVIER CABALLERO ALVARADO

Jesucristo es mi Señor. Amo estudiar la Biblia. Ms. Ing. Software de profesión